lunes, 31 de mayo de 2010

Predicciones

La verdad, bien no venía. Tampoco mal. Ahí. Entonces ella lo esperó con la comida lista. Él llegó tarde. O llegó tarde o empezó a comer y tardó más de cinco minutos en decirle que la salsa estaba riquísima. Algo así pasó. Ella, para variar, empezó despacito pero tardó segundos en subir el tono y la velocidad. Desconsiderado, esto no va más, quién te creés que sos, que ya no me amás más. Él, todavía masticando, recibía las palabras que ella pronunciaba como golpes pero nada. Parecía harto. Pero harto sin derechos. Y ella tenía bastante razón. Cincuenta cincuenta. Él, como siempre, apoyó con calma la servilleta sobre la mesa y se fue. La dejó hablando sola. Ella siguió hablando aunque sabía que hablaba sola. Él caminó unas cuantas cuadras, cruzaba cada tanto esquivando el sol de este verano interminable. Sacó su celular y le mandó un mensajito. Estaba un poco nervioso porque en la caminata se imaginó perdiéndola y no. No. Escribió "Te sigo sufriendo, sucia". Ojo con el texto predictivo de los mensajes de texto. Porque él quería decirle casi su antónimo, "Te sigo queriendo, rubia".
Mercedes Reincke

1 comentario:

Magg Magia dijo...

A veces es de no creer que las cosas se mal entiendan asi.. y por no preguntar .. esas cosas van gastando la relación... por eso está en uno y en ambos en darse cuetna y no temer a preguntar ni a las respuestas...


rara la historia eh jaja ta buena ;)

we, beso bolim!
siga posteando =P

yo de vez en cuando jaja