viernes, 1 de octubre de 2010

Cómo gasto teclas recordándote

Y cómo pasa el tiempo que de pronto son años...
que vuelvo caminando de vuelta a casa y veo mi reflejo en una vidriera
y ahí estoy enorme, blanca, alta, rubia
No se llega a ver pero por ahí está mi primer pelo blanco
No se distinguen pero ahí están las primeras líneas permanentes que rodean mis ojos, que ríen conmigo o le marcan el camino a seguir a mis lágrimas o le avisan al mundo si dormí poco
No se siente pero ahí está mi piel, más seca o manchada, pero que toca día a día otras pieles, brindándose y rejuveneciéndose
No se entiende pero ahí estoy sonriendo, sonriéndole a mi reflejo, mi recuerdo, mi resultado (o el de otros), mi construcción (o la de otros), mi hoy
Le sonrío al único momento en el que me puedo ver desde afuera, y aunque así fuera, faltan esos detalles
Falta el olor de mi pañuelo y los olores de cuellos en los que respiré
la suavidad de mis labios y los labios que besé
el color de mis ojos y los de los ojos que no puedo olvidar
la música que llena mis oídos y la frecuencia de mi corazón...

4 comentarios:

Pura López dijo...

imaginé una esquina de por acá con un vidrio espejado y todo eso pensado adelante. qué lindo :)

cande dijo...

con el nombre del blog ya me enamoré buenísimo blog. un beso te sigo :)

Interrogante dijo...

Los reflejos... Son siempre inquietantes, son siempre movilizadores. Conviene no creer en lo que muestran los reflejos, a veces no son más que espejismos. Excelente texto, un gran saludo...

Anónimo dijo...

Hermoso texto!!
Sos una grande!!
Te kiero muchisimmo =)
Luli