domingo, 1 de agosto de 2010

Saliendo de la espiral obsesión



-¿Por qué estás tan rarita? -me preguntaba, hablando con un palillo en la boca, como siempre.
-Qué te importa -le digo antes de contarle todo, de principio a fin, acabando con-: Y lo peor es que me he vuelto a obsesionar con David. Creía que se me había pasado, pero no hago más que acordarme.
-Date seis meses más -me aconseja-. Y ya verás cómo se te pasa.
-Ya me he dado doces meses, Richard.
-Pues date seis meses más. Suma meses, de seis en seis, hasta que se te pase. Estas cosas llevan tiempo.
Resoplo sonoramente por la nariz, como un toro.
-Glotona, escuchame -me dice Richard-. Un día de éstos vas a recordar esta época de tu vida como un dulce momento de tristeza. Entenderás que, estando de duelo y teniendo roto el corazón, estás en el mejor sitio posible para cambiar tu vida.
-Pero es que lo quería de verdad.
-Pues mira qué bien. Querías a no sé quién. ¿No sabes cómo funciona ese tema? El tipo ese te ha tocado una parte del corazón que ni sabías que tenías. Vamos, te ha dejado tocada, nena. Pero ese amor que has sentido no es más que el comienzo. Casi ni lo has probado. Es sólo un amor mortal, pobre y chapucero. Ya verás cómo eres capaz de amar mucho más profundamente. Caramba, Glotona, un día llegarás a querer al mundo entero. Ése es tu destino. No te rías.
-No me estoy riendo -le dije llorando-. Y, por favor, no te rías de mí, pero creo que no consigo olvidarme de este tipo porque estaba convencida, en serio, de que David era mi alma gemela.
-Y probablemente lo fuera. Lo que pasa es que no sabes lo que eso significa. La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un portazo. Pero, ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Se vive demasiado mal. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha. Gracias a Dios. Pero a ti no te da la gana soltarlo. Esa historia se acabó, Glotona. La función de David era darte una sacudida, sacarte de ese matrimonio que no funcionaba, machacarte un poco el ego, hacerte ver tus obstáculos y adicciones, romperte el corazón para que te entrara la luz y desesperarte y hacerte descontrolar tanto que no te quedara más remedio que cambiar tu vida y luego presentarte a tu maestra espiritual y largarse con viento fresco. Ése era su cometido y lo ha hecho a la perfección, pero ya se acabó. Y a ti no te da la gana archivarla como una relación corta y punto. Eres como un perro en un basural. Vas a chupar una lata a ver si le sacas algo de alimento. Como que sigas así, se te va a quedar el hocico metido en la lata y la vas a pasar mal. Así que olvídate del tema.
-Es que lo quiero.
-Pues quiérelo.
-Es que lo hecho de menos.
-Pues échalo de menos. Mándale luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos de David, porque sabes que te vas a quedar muy sola... y a Liz Gilbert le da pánico plantearse lo que puede pasar si se queda sola. Pero tienes que entender una cosa, Glotona. Si liberas el hueco que tienes dedicado a obsesionarte con ese tipo, te va a quedar un vacío en la cabeza, un espacio abierto, una puerta. ¿Y a que no sabes lo que va a hacer el Universo con esa puerta? Pues entrar por ella. Dios va a entrar en ti y te va a llenar de un amor que no has visto ni en tus mejores sueños. Deja de usar a David para bloquear esa puerta. Olvídate de ese tema.
-Pero me gustaría que David y yo...
-¿Lo ves? Eso es lo malo que tienes -me interrumpe-. Te gustan demasiadas cosas. Menos "gustar" y más "buscar", nena, que vas de culo y cuesta abajo.
Esa frase me hace soltar la primera carcaja del día. (y a mí también, con lágrimas en los ojos)
-Pero, ¿cuánto voy a tardar en dejar de sufrir?
-¿Quieres que te de una fecha exacta?
-Sí.
-¿Qué quieres? ¿Marcarla con un círculo en un calendario?
-Sí.
-Te voy a decir una cosa, Glotona. Eres una manipuladora obsesiva. (...) Eres una adicta al control. Dale. ¿Nadie te lo ha dicho nunca o qué?

en Comer Rezar Amar, de Elizabeth Gilbert

2 comentarios:

Ivanchink dijo...

no se enviolenta demasiado al final, la que da el sermón?

Anónimo dijo...

Tengo un reloj sumergible, aunque rara vez lo meto bajo el agua. A prueba de golpes, aunque nunca se me cayó. Con pila para toda la vida! ... Bien, hay muchas probabilidades de que siga girando después de que yo me haya ido. Creo que si no diera la hora, no me serviría de nada...
Al igual que mi reloj, la vida viene con un montón de accesorios, y sólo la gente compleja, no complicada, es capaz de descubrirlos y hacer de ellos algo útil.
Disculpá, ¿tenés hora?